Ateneos libertarios

Los ateneos libertarios son unos centros que han funcionado y continúan realizándolo desde hace muchos años, y por los cuales muchísima gente ha pasado.



El ateneo libertario es una asociación cultural; pero en la actualidad hay numerosos organismos (empresas, Cajas de ahorros, Universidad, Ayuntamientos, etc.) que hacen múltiples actividades culturales y lógicamente los ateneos ácratas tienen unas  características, medios y finalidades bien diferenciados de estos.

DATOS HISTÓRICOS:
Es interesante  conocer algo de historia sobre los Ateneos Libertarios en Iberia, pues aunque hubo a nivel mundial, fue en este país donde donde aparecieron en mayor número y con bastantes actividades.

La palabra Ateneo etimológicamente proviene de la diosa griega de la sabiduría Atenea;
siguiendo este término los Ateneos van a ser centros donde se difunda la cultura. En nuestro
país, a partir de mediados del S.XIX: tanto la burguesía, como la clase trabajadora o las
congregaciones religiosas van a crear sus propios Ateneos, en los cuales realizar actividades
culturales de acuerdo a sus necesidades.

Muchos de estos centros culturales están, desde sus inicios, fuertemente vinculados al anarcosindicalismo y pueden ser considerados como su rama cultural

A lo largo de las cuatro primeras décadas del S.XX los ateneos de carácter ácrata se
multiplican, en muchos se crean escuelas para los hijos de los trabajadores que incluyen  métodos de la pedagogía más avanzada; algunas por su calidad y número de participantes constantes, han pasado a la historia de la educación como la Escuela Natura del Clot en Barcelona que funcionó hasta el final de la Guerra Civil.

Importante es señalar que los Ateneos libertarios nunca desearon recibir subvenciones o
apoyo económico institucional
, tenían sus propios locales o bien lugares habilitados para sus actividades en las sedes sindicales.

Fueron una verdadera Universidad popular para la clase obrera de todas las edades, donde va adquiriendo la formación cultural que le había sido negada por su condición social. Sirven también como lugar de encuentro entre las personas del barrio, donde la gente: debate, se conoce, crea vínculos de unión y plantea sus problemas a los demás.

Por primera vez, muchas mujeres trabajadoras encontrarán un sitio donde, en igual de condiciones que los hombres, ir a aprender, y así fueron tomando contacto con el anarquismo. El éxito de los ateneos libertarios fue abrumador, creando una cultura obrera y solidaria, pudiendo afirmarse que sustituyeron al Estado o a las órdenes religiosas en el papel de educador que en la actualidad todavía mantienen.

Entre las actividades que más desarrollaban eran: representaciones teatrales con grupos que muchas veces solían formarse en el ateneo, recitales poéticos, charlas y debates sobre diferentes temáticas ( algunas sí eran políticas y de agitación, pero otras había en las que se enseñaban contenidos de una manera neutral y sin intentar moralizar: así daban mucha importancia a la higiene como preventivo a las enfermedades, conocimiento de los métodos anticonceptivos y la sexualidad, o también sobre geografía, historia, y así un largo etcétera) o secciones excursionistas. 

Los Ateneos que tenían una escuela la mimaban, solía haber clases de alfabetización para adultos por las noches, y una de las piezas claves de los Ateneos era que procuraban hacerse con una magnífica biblioteca, que en bastantes localidades era la mayor de la zona. Este fenómeno de difusión cultural está más que justificado, sólo es necesario pensar que en 1930 se calcula que entre 1/3 y ¼ de la población española era analfabeta.

Hay que hacerse a la idea de ese clima de unión y anhelo de transformación social entre la clase más desfavorecida, que posibilitaba la existencia de una situación verdaderamente prerevolucionaria. Por citar un ejemplo, en el año 1932 la CNT de Barcelona acuerda convocar una huelga de alquileres, ante el aumento de los precios en productos de primera necesidad, que llevaba a muchas familias trabajadoras a la miseria. En los barrios obreros se dio la consigna de no pagar más a los caseros, ni las facturas de luz o de agua. Todo el mundo se puso manos a la obra, y cuando las compañías cortaban el suministro los compañeros del sindicato del Agua, Gas y Electricidad restablecían la conexión, si acudía la policía a realizar un desalojo los vecinos se organizaban en bloque y evitaban el desahucio. 

Ese colectivismo y solidaridad se ha ido perdiendo poco a poco. Aun así, tras la muerte de Franco (que persiguió con saña todo lo que oliera a libertad), aparecen, sobre todo en Cataluña, Valencia y Madrid, numerosos ateneos libertarios; en ellos la función de alfabetizar al pueblo ya no es primordial como ocurría antes de terminar la guerra civil (pues la escolarización infantil abarca a la mayor parte de la población), pero sí observan que hay una serie de problemáticas sociales, urbanísticas, o laborales en los barrios que desde las  asambleas de los Ateneos se puede tratar, muchas veces en colaboración con las Asociaciones de Vecinos o con el sindicato CNT-AIT. 

Así la gente vuelve a los Ateneos libertarios, resurgen como lugar de encuentro, de cultura y de combate. El sistema no fue tonto, y paulatinamente fue haciéndose con las AA.VV. hasta convertirlas en simples locales destinados al ocio; desprestigiando también las ideas anarquistas (decir que en plena Transición varios compañeros fueron asesinados por la Policía). En la clase trabajadora hubo una desmovilización total que nos llega hasta hoy. Esto se puede comprobar en que hemos pasado de considerarnos como personas que necesitan de un salario para subsistir, es decir TRABAJADORES, a creernos ricos cuando lo único que poseemos es un sueldo, y además tenemos un nivel de gastos e hipotecas que en tiempos de crisis, como ahora, se ve que no se mantiene. Se cumple aquí la máxima de García Oliver: -El obrero, si piensa como un burgués, vivirá como un esclavo-. Indicar claramente, que si ahora disfrutamos de una serie de garantías: sociales, laborales, sanitarias, educativas o de mejores infraestructuras en los barrios, todos esos avances se han conseguido gracias a la gente que luchó en los tajos, en los barrios y en la calle, pues las clases dirigentes no regalan nada, y a causa de la desmovilización que tenemos lamentablemente las estamos perdiendo paulatinamente.

LOS ATENEOS LIBERTARIOS UNA HERRAMIENTA MUY VÁLIDA

En el funcionamiento del ateneo anarquista, todos los integrantes tienen igual importancia en el momento de tomar una decisión, pues se gestionan por ASAMBLEA, y allí todos sus miembros pueden proponer, debatir o tomar acuerdos en igualdad de condiciones. En el caso de que se necesiten algunos cargos para el funcionamiento correcto (por ejemplo un tesorero o alguien responsable de la correspondencia), pueden ser revocables en cualquier momento y se limitan a coordinar sus tareas o lo que le indique la asamblea. Esta horizontalidad democrática en el modo de funcionar, es totalmente opuesta a la práctica totalidad de juntas o asociaciones culturales existentes.

Otra característica, también compartida por el resto de asociaciones anarquistas, pero que suele ser sorprendente para la mayoría de la gente de fuera, es la AUTOGESTIÓN en el terreno económico. Así el Ateneo funciona gracias a las aportaciones o cuotas de sus integrantes y afines, o por actividades que realiza en que hay ganancias (por ejemplo un comedor popular o una obra de teatro en la cual se cobró entrada). Esta manera de funcionar sin subvenciones garantiza la total independencia y autosuficiencia del ateneo libertario, además de tener un activismo acorde con sus capacidades (pues de nada sirve el dinero si no hay militancia). Por esto los Ateneos libertarios buscan tener sus propios locales: alquilando u okupando espacios, o realizando sus actividades en las sedes de sindicatos anarquistas.

Por último, hay que aclarar que, aunque la cultura y el ocio son claros rasgos del Ateneo Libertario (indicar lo contrario es mentir), hay que intentar que no quede en ser un simple lugar de entretenimiento, es importante buscar que se fomente una conciencia crítica y solidaria entre sus participantes llevando a cabo un necesario debate sobre la transformación social de este mundo capitalista e injusto que ha de ser derrocado, en pos de una sociedad más libre, justa y más humana que será la anarquía. Sería intentar cumplir la premisa: “La cultura como medio para la emancipación del pueblo”.

En los estatutos del ateneo han de recogerse claramente estos medios, acordes siempre con la finalidad. Así los ateneos tienen 3 funciones claras: 

  1. De difusión cultural y de promoción de las ideas libertarias, 
  2. Capacitar intelectual y socialmente a la propia militancia anarquista y 
  3. Luchar por la construcción del anarquismo.

Y continuando con las formas de ORGANIZACIÓN en los ateneos libertarios, cada uno es autónomo y diferente pues cada agrupación tiene: características particulares o posibilidades de acción, la gente que participa no es calcada de un sitio a otro, y teniendo en cuenta las necesidades del lugar (no es lo mismo actuar en un barrio madrileño que en un pueblo de Andalucía). Aun así suele haber 2 modos básicos de organización: 

  1. Uno sería el ateneo libertario que está constituido por compañeros a nivel individual. En estos hay una única asamblea de decisión en la cual asisten todos los ateneístas y allí se tratan todos los temas: de gestión, organización, problemas, actividades propuestas, tesorería, etc. Suelen ser estos ateneos pequeños en los que participan no muchas personas, es decir la mayoría a día de hoy.
  2. Una segunda opción, sería cuando el ateneo está constituido o incluye algunos colectivos específicos. Suele darse en lugares con bastante gente, o que haya personas muy interesadas en un tema. Así cada colectivo tiene sus propias asambleas aparte e incluso se puede financiar de manera autónoma, lo que no quita que haya asambleas junto al resto de grupos y personas para tratar determinados aspectos de funcionamiento o actividades concretas del ateneo. Esta históricamente era la forma organizativa más común del ateneísmo ácrata. Y sólo con esta manera de funcionar y organizarse, el Ateneo libertario se convierte en un buen lugar de aprendizaje anárquico para los que participan, se está practicando: la solidaridad, la unión, el saber escuchar y esfuerzo por expresarse (cualidades muy importantes a las cuales hay que prestar mucha atención), el respeto hacia tus compañeros, la lucha, el compartir tareas comunes y vivencias; es decir comenzar a ser responsable de tu vida y no simple decorado como lo somos en la mayoría de las situaciones de la sociedad capitalista.

Otro aspecto a tener en cuenta en los Ateneos, es la gente que participa o se intenta que participe en ellos, y esta tendría que ser el conjunto de la gente del barrio, pueblo o localidad donde se asiente, es decir la clase trabajadora. El ateneo busca llegar a la sociedad, y no convertirse en un grupo de amigos, aislado de la problemática del lugar donde está ubicado.  

Igualmente el ateneo no es, ni debe convertirse en un grupo de afinidad, pues en él habrá múltiples y distantes opiniones, y de todas (o casi todas) se puede aprender algo, siendo esta mezcla de ideas y acciones lo que hace del Ateneo un lugar verdaderamente: anárquico, abierto y no sectario

En los ateneos libertarios no deben de acostumbrarse a “poner puertas al campo” e intentar así ofertar un amplio abanico de posibilidades en medida de la demanda y decisiones acordadas. Igualmente, y sobre esto creo que deberíamos ser receptivos, pueden ser lugares donde se traten problemáticas comunes de la gente del barrio, ya que a día de hoy existen pocos lugares “dinámicos” donde se pueda hacer esto. Sería importante hacer comprender que el ateneísmo ácrata no es un fin en sí mismo, sino un medio anárquico adecuado para luchar por el cambio social.

¡¡ Nos vemos en los ateneos libertarios.!!

Tomado y adaptado del blog "Ateneos Libertarios de Iberia"


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